Retirada de un ejemplar de Pinus pinea caído en zona de piscina: un caso marcado por Filomena y malas condiciones de enraizamiento

Recientemente, se llevó a cabo la retirada de un ejemplar de Pinus pinea (pino piñonero) que había caído en una zona ajardinada próxima a una piscina, en la urbanización Santo Domingo, Madrid. Este suceso, más allá de ser un incidente aislado, refleja un conjunto de factores que, combinados, terminaron comprometiendo la estabilidad del árbol.

El ejemplar presentaba ya un debilitamiento evidente desde el paso de la borrasca Filomena en 2021, cuyas intensas nevadas y bajas temperaturas causaron importantes daños en masas arbóreas de toda la península. En este caso concreto, el árbol sufrió una pérdida parcial de ramaje y estructura, lo que marcó un antes y un después en su desarrollo.

Además, se trataba de un pino ubicado en una pradera de césped con riego frecuente. Este tipo de entorno no es el más adecuado para especies como el Pinus pinea, que, en condiciones naturales, desarrollan un sistema radicular profundo. El exceso de humedad constante favoreció el desarrollo de raíces superficiales, menos eficaces para la sujeción estructural del árbol, especialmente en suelos poco aireados o compactados.

Con el paso del tiempo, y ante la llegada de lluvias abundantes y vientos, la ya comprometida estructura radicular perdió completamente la adhesión al terreno. Las pocas raíces activas no fueron capaces de sostener el peso del árbol, provocando su caída. Afortunadamente, el incidente no causó daños personales, aunque sí se generó un riesgo importante al tratarse de una zona de uso recreativo.

La retirada se llevó a cabo con los protocolos adecuados, garantizando la seguridad en la zona y evaluando el estado del resto de ejemplares del entorno, con el fin de prevenir futuras incidencias similares.

Este caso pone de relieve la importancia de una correcta selección de especies según el entorno, así como de un seguimiento técnico continuado, especialmente tras eventos climáticos extremos. Además, nos recuerda que el riego excesivo en especies no adaptadas a suelos húmedos puede, a largo plazo, comprometer su viabilidad estructural.

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